No sorprende. La publicidad política nos observa desde cualquier lado. Los carteles envuelven toda infraestructura, de extremo a extremo. Paredes, techos, pisos(!) Cualquier hueco que quede libre es inmediatamente ocupado por un papel. Aulas, bares, baños. La decoración política impera en la facultad. Caños de electricidad, barandas de escaleras. Están en todas partes. Hasta encima de sí mismos. Una misma publicidad puede (y es muy frecuente encontrarlo) estar encima de sí mima. ¿Qué es lo que les pasa? Una misma publicidad puede también repetirse muchas veces en un mismo lugar, una al lado de la otra. Insistimos: en cualquier parte, hasta en un tacho de basura. ¿Acaso creían que una publicidad terminaba su largo recorrido en la basura? Desde ahí también observan. La decoración política empalaga. Ya lo sabemos.
1 comentario:
Buena bajada, casi una continuacion de "cronica de un volante". Producción, re-producción, sobre-producción que no acaba, no termina...contamina?. Imagenes cotidianas, ya rutinarias de una ciudad que (especialmente) en época de elecciones, se sumerge bajo la mirada del "ojo" politico. Un ojo que ésta en todas partes (las fotos los demuestran), que nunca se cierra, que mira fijo. Que buscan con esta multiplicidad? Que hay detras de todo este "aparato" persuasivo?. Esta bueno que se abra un espacio para dar cuenta de este "fenomeno" que a todos nos involucra. Y nos observa...
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